San Fernando
En medio de las montañas, San Fernando desparrama su caserío por empinadas laderas. Sus alrededores ofrecen paisajes que invitan a acercarse ala práctica del senderismo y encontrar inesperadas muestras del patrimonio cultural como el casco de la antigua hacienda Soteapa con su capilla del siglo XIX. Gran importancia tiene en San Fernando la celebración del carnaval, protagonizado por personajes enmascarados como los gigantes, el tigre y el monito.
Chicoasén
Varios atractivos reúne Chicoasén: las maravillas de la ingeniería moderna, como el túnel que orada la montaña o la hidroeléctrica Manuel Moreno Torres, una de las mayores del país, cuya cortina mide 260 metros de altura; las maravillas de la naturaleza del Cañón del Sumidero, visible desde el mirador Manos que Imploran o las del Parque Ecoturístico que se aprecian en un breve recorrido en lancha, y por último, los testimonios del patrimonio cultural resumidos en la arquitectura ververnácula del pueblo y en los vestigios de la iglesia dominica del siglo XVI. El río Bombaná que pasa junto al poblado y el camino que sube por la montaña hasta Soyaló, son una posibilidad más de recorrido escénico.
Parque Ecoturístico Cañón del Sumidero
El parque es una pequeña selva cercada por las paredes del cañón, sus senderos permiten conocer la flora y la fauna. El sitio es ideal para una larga caminata o una expedición en bicicleta. Es posible practicar deportes extremos como la tirolesa o el rappel, o surcar las aguas del río en kayaks. Cuenta con servicios turísticos diversos y es una de las mejores experiencias del ecoturismo en Chiapas.
Copainalá
Como en una pintura popular, Copainalá encarama su policromo caserío en las laderas de la hermosa meseta de Coapilla. Este notable conjunto de arquitectura vernácula rodea un monumento de primer orden, la iglesia colonial construida por los dominicos en el siglo XVI y cuya torre de ladrillo es uno de los principales monumentos del arte mudéjar en México. En septiembre las danzas tradicionales inundan las calles de Copainalá en honor a san Miguel Arcángel. Otros testimonios de la cultura de los zoques se resguardan en el museo comunitario.
Coapilla
Dueña de un clima de perenne primavera rodeada de bosques cargados de orquídeas, Coapilla se enorgullece de sus raíces zoques. Su caserío tradicional que sirve de marco a la iglesia que en la época de la colonia fue dependencia del convento de Tecpatán, se asienta a la orilla de la Laguna Verde, una de las joyas ocultas del paisaje de Chiapas.
Tecpatán
Los habitantes de varias aldeas zoques prehispánicas fueron reunidos en un poblado fundado por los dominicos en el siglo XVI que tuvo como centro espiritual, cultural y artístico, al convento de Santo Domingo que aun en ruinas es uno de los mayores monumentos del arte colonial chiapaneco y centroamericano. De él dependían los pueblos que constituían la Provincia de los Zoques y de ahí partieron los predicadores que difundieron el evangelio y dirigieron la construcción de las obras arquitectónicas que todavía nos asombran. El convento de Tecpatán merece una visita detenida; sobresale por ser una de las mayores obras arquitectónicas de la época colonial, construido mayormente de ladrillo y por los detalles que deja ver en su templo de una sola nave, su sacristía, su claustro; la torre es magnífica y única por su diseño en el arte colonial mexicano. Como otros campanarios chiapanecos, su estilo se remite a los alminares moriscos de Al-Andaluz y El Magreb.
Tecpatán ofrece también su artesanía en forma de jícaras esgrafiadas, el esplendor de su paisaje como las aguas sulfurosas que corren a sus orillas en medio de la selva, sus danzas zoques tradicionales y la posibilidad de seguir el camino de los zoques rumbo ala zona arqueológica de Malpasito a 80 kilómetros al noroeste en el camino rumbo a Huimanguillo, Tabasco. De Malpaso puede retornarse a Tuxtla Gutiérrez por el Puente Chiapas que con sus 1,800 metros, atraviesa el embalse de la presa Nezahualcóyotl. De la capital, se toma el ramal norte para conocer otra parte de la Provincia de los Zoques.
Rayón
Otros poblados zoques con sus imponentes monumentos se encuentran por el camino que sube rumbo a las montañas del norte y que primero atraviesa pueblos de ascendencia tzotzil en los Altos. El primero de los zoques en este ramal es Rayón con su iglesia dominica del siglo XVI que destaca por sus ventanas de estilo románico y su techumbre de madera y teja, ejemplo de la excelencia alcanzada por la carpintería chiapaneca de la época colonial. De ahí parte un camino alterno que lleva a Pantepec con su templo también construido por los frailes dominicos.
Tapalapa
Entre las montañas y bosques yace Tapalapa, que en la antigüedad comerciaba con la grana cochinilla, famoso producto de los zoques según las crónicas coloniales, y el ámbar. En Tapalapa, que es pueblo alfarero, destaca el templo dominico de San Agustín, tanto por sus volúmenes y detalles arquitectónicos, como por las muestras de la escultura sacra que se dio en la época virreinal entre los zoques y de la que el retablo mayor es un buen ejemplo.
Chapultenango
A partir de Rayón, el viajero atraviesa una rica región ganadera, productora de suculentos quesos y rica en paisajes como la cascada El Chorro del Zapote en Tapilula o la Garganta del Diablo, una cañada por la que corre el azul río de La Sierra, en medio de una abundante vegetación y multitud de pequeñas cascadas, entre Ixhuatán e Ixtacomitán. De este último parte un camino alterno que conduce a Chapultenango y que guarda otra de las grandes joyas del arte colonial chiapaneco: el convento de La Asunción, uno de los de más calidad artística entre los edificios dominicos de la Provincia de los Zoques del siglo XVI. Imponente es su torre, junto a la fachada que se abre al atrio que todavía conserva su barda original. El Chichonal, el famoso volcán que hizo erupción en 1982, se encuentra muy cercano, pero por su condición de vulcanismo activo, su visita se limita al interés científico. De Ixtacomitán el camino continúa por antiguas tierras zoques pasando por Solosuchiapa, Pichucalco, Juárez y de ahí rumbo a Ostuacán y la presa Peñitas. Atraviesa la ruta una próspera comarca ganadera, cacaotera y platanera.
Peñitas
El embalse de la presa Peñitas, parte del sistema hidroeléctrico del río Grijalva, forma un nuevo paisaje entre las montañas, las selvas y los pastizales con posibilidades de turismo alternativo. De este punto, el camino se reencuentra con la carretera Raudales de Malpaso-Huimanguillo, por donde el viajero puede retomar fácilmente el camino al sur.