Por Liliana Beatriz Hernández Cruz Departamento de Difusión Cultural CONECULTA CHIAPAS.

El próximo 28 de noviembre, a partir de las 19:00 horas, se llevará a cabo, en el Auditorio del Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines, la entrega del Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 2003, galardón que se entrega anualmente y que en esta ocasión se le adjudicó a Leonardo Benjamín Varela Cabral, poeta mexicano que actualmente reside en La Paz, Baja California Sur.

El jurado calificador, integrado por María Baranda, Héctor Contreras y Eduardo Hurtado, dio a conocer el pasado 23 de octubre el veredicto, dictado a partir de la lectura de Comala Blues, poemario en el que los hablantes son los eternos y fantasmales personajes de Juan Rulfo y su "Pedro Páramo", que relatan su vida y sus aconteceres cotidianos utilizando el blues de la poesía.

Comala Blues recrea un mundo tan estricto, tan descarnadamente próximo, que todos los que lo habitan no son, en rigor, sino fantasmas. Símbolo de nuestra radical orfandad, Pedro Páramo domina la escena de este universo espectral, mientras que en Susana San Juan comparece la extrema ambivalencia de lo femenino: ella es la dadora de vida, la hermosa que nos seduce y nos mata. Sin levantar la voz, sin aspavientos, con un estilo sobrio y una mirada penetrante, el autor consigue reconfigurar y actualizar los arquetipos creados por uno de los más grandes narradores de todos los tiempos.

Leonardo Benjamín Varela Cabral nació en 1970 en la ciudad de México, aunque reside, desde 1984, en La Paz, Baja California Sur. Estudió la licenciatura en Humanidades en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, y tiene la especialidad en Promoción Cultural, que cursó en la misma escuela, junto con el Instituto Subcaliforniano de Cultura (en coordinación con el Instituto Superior de Arte de Cuba). Desde septiembre de 1999 a la fecha, se desempeña como Jefe de Departamento de Difusión Cultural de su alma máter.

Varela Cabral tiene en su haber varias publicaciones, entre las que se encuentran los poemarios Tierra de Nadie (1993) y Para arder este insomnio (1998); los libros Prohibida azul distancia (2002) y Las razones del múrice (2003); así como diversos artículos de opinión en revistas y diarios de su localidad, además de poemas en las revistas Tierra adentro, Blanco móvil y la Jornada semanal. Ha obtenido variados reconocimientos, como el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa (1997), el estatal Ciudad de la Paz (2002) y el regional Loreto Trescientos (1997), entre otros. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Baja California Sur, en 1994.

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