-Es la heredera de la Chiapán prehispánica, por ello conocida en la antigüedad como Chiapa de los Indios. -Sede de una de las fiestas populares más coloridas de México, la de san Sebastián en enero -Posee uno de los mejores conjuntos de arte mudéjar del país.
Al borde de la depresión central de Chiapas, encaminándose rumbo a las faldas de las montañas de los Altos, conservando las altas temperaturas de la tierra caliente chiapaneca, Chiapa de Corzo, ciudad que forma parte central en la historia del estado, se sitúa en la margen derecha del río Grande o Grijalva, a 14 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez. La estratégica posición en el cruce del río, punto de encuentro en la depresión central con los Altos, propició un poblamiento temprano que se remonta a 1400 a.C. Un grupo de filiación otomangue, los chiapanecas, llegó al lugar hacia eli año 1000 d.C., sojuzgando a sus vecinos zoques. Con ellos tuvieron contacto los españoles, primero en 1524, cuando llegó la expedición de Luis Marín, y luego en 1528, con la entrada conquistadora de Diego de Mazariegos. Después de la conquista, Chiapa se convirtió en una encomienda y más tarde en una dependencia directa de la corona española, por lo que recibió el nombre de Chiapa de la Real Corona. En 1821 se unió al movimiento independentista iniciado en Comitán y fue escenario, durante el siglo XIX, de las grandes luchas entre liberales y conservadores. La batalla del 21 de octubre de 1863 fue decisiva para el triunfo de la Reforma en Chiapas.
Su traza renacentista que se sobrepuso a la ciudad indígena se distingue por el conjunto mudéjar formado por la Pila, fuente de refinada inspiración morisca hecha en ladrillo, única en Iberoamérica; el templo de Santo Domingo y el edificio conventual anexo, ahora sede del Museo de la Laca, y las ruinas del templo de San Sebastián. La plaza está rodeada por los portales, el edificio del ayuntamiento y la casa de don Angel Albino Corzo. Dentro de esta plaza, se encuentra la secular ceiba o pochota, árbol sagrado, que se relaciona según la tradición con la fundación de la ciudad. Está también la torre del reloj, imitando a la arquitectura de la fuente o pila.
Muchos otros puntos de interés posee la ciudad como sus capillas de barrio como San Jacinto o El Calvario que guarda un magnífico tablero renacentista tallado en madera con el tema de la Crucifixión; las ruinas del templo colonial de San Sebastián o las ruinas prehispánicas de las épocas Preclásica y Clásica en sus afueras, y el Museo de la Marimba que pertenece a la familia Nandayapa Vargas quienes, siguiendo con la tradición familiar como constructores de marimbas, ofrecen al visitante un recorrido por su taller, en donde se aprecia la madera en su estado natural lista para convertirse poco a poco en este artístico instrumento, así como una completa conferencia de los orígenes y evolución de la marimba que tanto hace vibrar a los chiapanecos.
La Pila es un edificio sin paragón en el arte colonial hispanoamericano y broche de oro del arte hispanoárabe. Su diseño único no está relacionado en forma directa con ningún prototipo español. De acuerdo con el cronista Antonio de Remesal, esta fuente "trazole y comenzole el padre fray Rodrigo de León y en su ausencia suya la prosiguió un español hasta echarle este año de 1562 el agua[...]." La Pila no solamente cumplía su función, era un punto de reunión de los habitantes del pueblo, así servía a un doble propósito social. Sobre una planta octagonal, se levanta una estructura formada por una bóveda sobre pilares detenidos por arbotantes que repiten el número ocho. Octagonal es asimismo el brocal situado bajo la bóveda segmentada por nervaduras. Toda la fuente es de ladrillos, algunos cortados en punta de diamante. La utilización de este material es lo que le da una textura peculiar. Construida en la mejor tradición mudéjar, reúne en una gran armonía arquitectónica, elementos derivados del arte musulmán (planta octagonal y trabajo de ladrillo), una cúpula de inspiración renacentista y elementos estructurales derivados del gótico, pero es un edificio original que no copió estructuras. Carece de fundamento la versión según la cual fue inspirada por la corona de Ios reyes de España. Los letreros colocados en los botareles no informan correctamente. El crítico de arte Francisco de la Maza comentó que "la gran fuente de Chiapa de Corzo, ella sola, vale un viaje a Chiapas."
Cañón del Sumidero
Calcáreas paredes que alcanzan varios cientos de metros de altura, una vegetación exuberante, abundantes escurrimientos que las adornan y que a la vez alimentan el Grijalva, uno de los ríos más caudalosos del país, son algunos de los elementos que conforman uno de los paisajes más impresionantes de México: el Cañón del Sumidero. Las características de este paisaje han permitido que en medio de él se desarrolle una riqueza de flora y fauna muy abundante y diversa, la cual le ha valido ser decretado por la federación como Parque Nacional.
La variada vegetación de este lugar cambia según la altura. Dentro de los límites del parque selvas medias y altas, hábitat de una fauna que incluye aves, mamíferos y reptiles como los que se vislumbran en los recorridos fluviales dentro del cañón. En el Sumidero hallamos también manifestaciones de la actividad humana, lo mismo en los vestigios arqueológicos que se esconden entre la densa capa vegetal como en la presa hidroeléctrica de Chicoasén, una de las mayores obras de la ingeniería hidráulica con las que cuenta el país, con un embalse de 32 kilómetros de largo y que abarca la totalidad del cañón. Se puede llegar al parque desde el embarcadero de Chiapa de Corzo. La visita al Parque Nacional la complementan cinco miradores a los que se llega desde la ciudad de Tuxtla Gutiérrez: La Ceiba, La Coyota, El Roblar, El Tepehuaje y Los Chiapa desde donde a diferentes alturas, se puede disfrutar del cañón en todo su esplendor.
Parque Ecoturístico Cañón del Sumidero
El parque es una pequeña selva cercada por las altas paredes del cañón. Sus senderos permiten conocer la flora y la fauna nativas. La primera incluye orquídeas y bromelias que crean jardines suspendidos sobre los árboles. La segunda cuenta entre sus representantes a los cocodrilos, los monos araña y cientos de aves multicolores.
El parque es también el sitio ideal para una larga caminata o una excitante expedición en bicicleta. En lo alto de la cañada, se encuentra la estación de la tirolesa, desde donde es posible deslizarse por las alturas sobre las copas de los árboles o descender por cuerda rappel a lugares inaccesibles por otros medios. De igual manera es posible surcar en kayaks hasta algunos lugares cercanos. Nadar en una agradable piscina con la vista inigualable del cañón, tomar el sol o descansar en hamacas son otras posibilidades de placer dentro del parque que cuenta con varios restaurantes, tienda de artesanías y teatro al aire libre. Una de las mejores experiencias del ecoturismo en Chiapas.