Hace siglos, durante lo que actualmente se conoce como periodo Clásico (200-900 d.C.), el pueblo maya creó una cultura única y magnífica. Sus templos, pirámides y complejos palaciegos sobre ciudades densamente pobladas, sus brillantes formas de arte, sus avanzados conocimientos de astronomía, así como sus sistemas de escritura fueron los más desarrollados en el Nuevo Mundo. Después, la civilización del Clásico se colapsó, pero los mayas no desaparecieron.
Hoy existen alrededor de 4 millones de ellos viviendo en las tierras de los Altos de Chiapas, en las selvas del sureste de México y en Guatemala, Belice, la zona occidental de Honduras y El Salvador.
Al paso de los siglos la historia de los mayas se ha visto caracterizada por la adaptación y la cohesión étnica, así como por sus profundas raíces culturales. Gracias a estos elementos ha sido posible la pervivencia de este grupo humano. La historia de la gente y la tradición textil maya ha sido conservada gracias a su determinación y adaptabilidad al cambio.
El tejido en telar de cintura ha sido, durante siglos, un pilar de esta cultura. Desde sus orígenes en la época prehispánica hasta nuestros días, se ha preservado en cientos de pueblos y rancherías donde esta actividad forma parte de la vida cotidiana. Antes de la llegada de los españoles los textiles no sólo fueron usados como indumentaria, sino también como medio de intercambio, pago de tributo y regalos honorarios. En aquella época los textiles fueron hechos de algodón o fibras de agave, dependiendo del estrato social de quien los usara.
Durante el periodo colonial, el uso de la fibra de agave declinó frente al cada vez más extendido uso del algodón. Además, los españoles introdujeron el telar de pedal, las ovejas y la lana. Los mayas incorporaron estas novedades en algunas áreas de las tierras altas, donde la ropa masculina se vio influida por estilos europeos. En algunas otras comunidades, la lana fue usada también para la elaboración de prendas en telar de cintura. Sin embargo, este material nunca reemplazó al algodón como materia prima básica para el tejido. Cada comunidad tiene su propio y distintivo estilo de vestido, el cual identifica a sus miembros. Los diseños en los vestidos han sido usados por las mujeres mayas por más de mil años, pero la tradición se ha mantenido viva gracias a las innovaciones constantes hechas dentro del esquema general de los antiguos diseños.
De este modo, los tejidos usados por los mayas son más que bellos patrones para atraer la vista de los demás. Los diseños que incorporan en sus prendas reflejan las fuerzas de la creación y de la naturaleza; son el lenguaje por medio del cual se expresa su cosmovisión, sus creencias, su mundo propio. Durante el siglo XX se ha dado una recuperación de los motivos y diseños de los trajes tradicionales mayas. La tradición oral de las diferentes etnias se ha preservado gracias a los textiles, los cuales han servido como una forma de escritura donde se mantiene la identidad de cada comunidad.
La tradición indica que textiles están ligados a la divinidad lunar, el parto y por tanto la creación. Los motivos que cada tejedora utiliza en sus obras de arte están ligados a una cosmovisión profunda y milenaria. De esta manera, por ejemplo, los rombos son representaciones del universo entero con sus cuatro rumbos, los motivos vegetales, del ciclo completo de la germinación de las plantas, básicamente el maíz, y los animales de la fuerza de la naturaleza. San Cristóbal de Las Casas ha sido desde hace tiempo un centro de reunión y distribución importante para la comercialización de los productos textiles de las comunidades mayas de los Altos de Chiapas.
El colorido que inunda las calles, las plazas y los mercados de la antigua Ciudad Real, es una muestra de la riquísima diversidad de las culturas chiapanecas que encuentra uno de sus reflejos en el patrimonio milenario que constituyen Ios textiles tradicionales. La pluralidad es una de las señales más elocuentes del Chiapas actual.