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Indígenas chiapanecos producen sal artesanal comestible

dom, 3 de ago de 2014Compartir:
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Ixtapa, Chis., 3 Ago. (ntmx).- La comunidad de origen indígena tzotzil es reconocida por la elaboración artesanal de agua de sal, la cual es producida por un grupo de familias que preservan aún su elaboración para el comercio en las ciudades de los altos de Chiapas.
La señora Angélica Hernández Ramírez pasa su tiempo sentada en un camastro de madera en una habitación en penumbras, pero conserva su calidez con calma provinciana, todas las mañanas saluda una imagen de madera que recuerda las de los retablos de las grandes iglesias coloniales. La matriarca de la familia Hernández Ramírez cuenta con 101 años de edad según sus nietas, y a pesar de varias enfermedades está en su hogar hablando apenas un par de palabras en español, por lo que sus familiares ayudan a quien quiere platicar con ella. Un susurro de oraciones en una lengua que se confunde con el viento, el cual se cuela en una puerta que se sostiene de un gozne y dos sorbos de un tibio café. El caserío indígena ubicado entre la capital del estado de Chiapas y al principio de la zona montañosa existía antes de la llegada de los grupos de conquistadores españoles al sureste de México, y su actividad de intercambio de Suclems por productos agrícolas con las comunidades cercanas del municipio de Zinacantán. Los Suclems son “atados” o “amarres” de bultos pequeños de petate que contienen sal sólida que aún se pueden encontrar en los mercados tradicionales de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. La sal de Ixtapa es conocida y reconocida por su aplicación tradicional en la comida típica de Chiapas y en algunos lugares también es utilizada para aplicaciones de la medicina tradicional indígena. El río Las Salinas se ubica al costado de un pequeño camino de extravío donde en la actualidad viven apenas dos familias que elaboran el agua de sal con un proceso rudimentario en tres peroles que hierve agua del pozo día y noche. Las mujeres recolectan el agua en cubetas y ollas de barro, las cuales son hervidas sobre el fuego avivado por la leña recolectada por los hombres que han sobrevivido a la migración y pobreza de la localidad. Los niños aplastan la pasta de sal bajo la sombra de las galeras del caserío y con esta pasta las jóvenes elaboran los “atados” de sal, los cuales son almacenados a un lado del horno de barro en un proceso que dura de 24 a 36 horas. Los vapores salinos se confunden con el humo del carbón que sirve lo mismo para elaborar pan o cocido de res y al mismo tiempo de este proceso da calor en las noches a los camastros de sus habitantes. Estas humildes estampas provincianas obsequian al curioso bellas imágenes del México bucólico, donde se pueden observar turistas disfrutando de las refrescantes aguas del río “Las Salinas”, pero preservan la timidez típica de la gente de la localidad, quienes no permiten a los extraños fotografiar o conocer la elaboración de la sal. Sin embargo, el origen de esta monografía se encuentra en una modesta casa antigua en la cabecera municipal de Ixtapa donde vive aún doña Angélica Hernández Ramírez, quien es considerada por los pobladores como la última mujer de habla tzotzil que aún utiliza la vestimenta tradicional indígena de la tradición “salera” de Ixtapa. La anciana describe con voz baja como comercializaba los Suclems o Beneques de sal con los zinacantecos, los cuales les obsequiaban frutas y a veces flores traídas de los altos de este estado del sureste de México. Sus húmedos ojos enfermos recuerdan los paseos durante la feria de la Asunción y el intercambio o trueque durante esos días perdidos, pues ahora, apenas dos o tres familias conservan la actividad que durante el tiempo de la colonia dio nombre a este caserío. Ahora, el comercio de la sal de Ixtapa es considerado únicamente como tradicional y los Suclmes, las bolsas, pueden adquirirse por 25 pesos como un recuerdo artesanal adornado con listones en los mercados de Soyaló, Zinacantán o San Cristóbal de las Casas, o por un precio inferior para el consumo y elaboración de comida o medicina tradicional. NTX/IFL/RMM/AJV