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Parque Central de Tuxtla Gutiérrez, historia entre ceibas y marchas

dom, 1 de nov de 2015Compartir:
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Tuxtla Gutiérrez, 31 Oct (Notimex).- Sitio de reunión de parejas y familias, que ocupaban sus bancas o buscaban la sombra de las ceibas milenarias y los árboles de laurel, el Parque Central de esta ciudad es un sitio lleno de historia, aunque ahora la mayoría de quienes lo visitan forman parte de marchas y plantones.

El director del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Juan Carlos Cal y Mayor Franco, expuso que a lo largo de la historia, dicho parque ha sufrido innumerables modificaciones.

En 1570, cuando fue construido, era un simple campo lleno de zacate, para luego sufrir diversas modificaciones, la más reciente de ellas hace menos de tres años, que incluyó la colocación de piso de piedra volcánica.

Denominado oficialmente como Parque La Libertad, le hizo honor a ese nombre durante la administración municipal de Victoria Isabel Rincón Carrillo, cuando en 2003 se colocó ahí una réplica de la Estatua de La Libertad.

Dicha estatua fue removida del sitio durante el gobierno de Juan Sabines Guerrero y llevada al Parque de La Libertad, a un costado del Congreso local, junto al monumento a Belisario Domínguez.

Pero la réplica del monumento emblemático de Nueva York no fue el único que tuvo al Parque Central como su morada, pues en 1892 fue colocada la estatua de Miguel Hidalgo y Costilla, mientras que el 16 de septiembre de 1897 albergó la esfinge de Joaquín Miguel Gutiérrez.

De acuerdo con el funcionario estatal, el Parque Central es único en el estado por su extensión, está rodeado por el Palacio de Gobierno, sede del Poder Ejecutivo, la Presidencia Municipal, el Palacio de Gobierno federal, edificio de cinco pisos que alberga oficinas públicas federales.

Asimismo, colinda con la catedral de San Marcos y el Palacio Legislativo, sede del Congreso local.

Poco a poco ha dejado de ser el espacio del encuentro o reencuentro, pues la población prefiere ahora el Jardín de La Marimba y porque las marchas y plantones lo han hecho suyo en múltiples ocasiones.

El Parque Central dividía a los barrios Santo Domingo, San Andrés, San Miguel y San Jacinto, al centro luce una frondosa ceiba, que continúa como refugio de aves.

La plaza tenía una fuente monumental cupular, sostenida por cuatro columnas de remate piramidal y arcos a manera de tirantes, de cuyo interior emanaba el agua hacia dos piletas-abrevaderos.

En una tomaban agua los caballos, mientras que en la otra las mujeres llenaban cántaros, y bajo el ceibo se instalaba un tianguis que prácticamente fue el primer mercado de la ciudad.

El cronista municipal de Tuxtla Gutiérrez, José Luis Castro Amador, señaló que de 1821 a 1824 fue sede de hechos que marcaron el rumbo político e histórico de Chiapas, pues el 15 de septiembre de 1822 el pueblo se reunió para decidir si se adherían al imperio de Agustín de Iturbide.

Posteriormente, el 14 de septiembre de 1824 fue sede de un plebiscito que dio por resultado la integración de Chiapas a la República Mexicana.

En su libro “Transformación del Centro Histórico de Tuxtla Gutiérrez”, Castro Aguilar refiere que desde 1865, cuando la actual capital chiapaneca ya era ciudad, ahí celebraban las fiestas de Guadalupe.

El investigador cuenta que uno de esos días de feria, para sorpresa de la gente hicieron volar un globo de aire caliente cuyo tripulante dejó caer un simpático cachorro, para esa fecha, una ceiba y una de las fuentes públicas de la plaza central ya habían sido derribadas.

Esas estructuras fueron sustituidas por un mercado de planta octagonal al que llamaron cientopiés porque su techo estaba sostenido por numerosas columnas, pero su existencia fue corta, pues fue destruido en 1892 para construir otro en la Cuarta Sur de un cuarto de hectárea.

En 1914 se agregaron a la Plaza Central de Tuxtla Gutiérrez la ampliación hacia el oriente y la construcción de andadores pavimentados, se poblaron árboles de nambimbos, jardines, kioscos de lámina y tubos.

En 1952 se construyó el “paso a desnivel”, se derribó la pérgola y, de paso el mapa en relieve, que sustituyeron con una concha acústica para que las marimbas y la banda siguieran tocando.

Sólo algunos de los árboles originales permanecen intactos, mientras que su piso de mármol mexicano fue cambiado por bloques de cantera y piedra volcánica.

Ahí en la plaza en el año de 1892 fue colocada la estatua de Miguel Hidalgo y Costilla, el 16 de septiembre de 1897 se colocó la esfinge de Joaquín Miguel Gutiérrez.