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Exitosa presentación de Mario Iván Martínez con la obra “Diario de un loco”

lun, 2 de dic de 2013Compartir:
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  •    Con esta puesta en escena clausuran los festejos por el XXXI Aniversario de Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Con un derroche de habilidades actorales y recursos escénicos Mario Iván Martínez cautivó al público que abarrotó el Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa para disfrutar de la obra “Diario de un loco”, presentada en el marco de los festejos por el XXXI Aniversario del referido recinto.

La actuación de Mario Iván sorprendió a los ahí presentes al personificar a un trabajador que luego de vivir las humillaciones que ocurren en el ambiente burocrático desarrolla un cuadro clínico en el que presenta trastornos demenciales, de acuerdo a la historia escrita por el ruso Nikolai Gogol publicada en 1834.

Escalofriantemente vigente resultó el argumento de esta puesta en escena donde el hilo conductor es un diario con el que, fecha a fecha, se fueron develando cada uno de los elementos que llevaron al protagonista hasta su actual situación mental, misma que le da la lucidez para criticar al sector de la burocracia y sus altos funcionarios, así como a los representantes de la nobleza, haciendo uso de la sátira.

En esta obra unipersonal el galardonado actor superó cada uno de los retos actorales que “Diario de un loco” implica, ya que a través de sus delirios el protagonista recreó cada una de las situaciones que marcaron su vida. De esta manera, Mario Iván Martínez potenció sus virtudes interpretativas al personificar magistralmente desde un rey hasta animales, pasando por altos funcionarios, mujeres cantantes, entre otros que encarnó utilizando la sagacidad de un humor que trabajó al servicio de la crítica.

La sencillez de la escenografía y la utilería contrastaron con la compleja representación del actor que aprovechó estas herramientas explotando cada una de las posbilidades que pueden ofrecer desde la iluminación hasta muebles como una silla, una mesa y una cama, con las que el histrión, amparado por los ensueños del personaje, dio vida a los más diversos espacios como una habitación, una oficina, un carruaje, un manicomio o un palacio.

El talento del actor no sólo fue aplaudido por el extarordinario trabajo que realizó hacia el exterior con la utilería, el vestuario y la escenografía, sino también por la soberbia labor que efectuó hacia el interior, en el plano de la interpretación logrando adentrarse en la piel de un trabajador que, enloquecido por la indiefrencia, la crueldad y la humillación de su ambiente laboral, se refugia en su diario, donde las respuestas que se han callado, gritan; donde la sumisión encuentra el camino a la rebeldía; donde un oficinista puede convertirse en rey, donde la cordura ha cedido lugar a la locura.

Con la presentación de esta ovacionada obra, el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta-Chiapas) clausuró los festejos del XXI Aniversario del Teatro de la Ciudad Emilio Rabasa.