Tapachula, Chis., 15 Feb (Notimex).- Con más de 90 años, Caicrochis destaca en esta zona denominada la Perla del Soconusco, como uno de los criaderos más antiguos de México, con más de mil ejemplares, entre caimanes y cocodrilos, así como tortugas de agua dulce.

Dedicado a la investigación, exhibición, conservación y aprovechamiento comercial de la especie, Caimanes y Cocodrilos de Chiapas (Caicrochis) cuenta con una extensión de dos mil 500 metros y un área de conservación de 20 hectáreas, donde laboran 10 personas de planta.

Los visitantes pueden experimentar grados de adrenalina, ya que en las diferentes secciones –divididos por tamaño- pueden entrar a áreas específicas para tocar a los saurios.

Además, es el único lugar en el país donde se reproduce de manera conjunta al caimán (“crocodilos fuscus”), que llega a medir hasta los 2.5 metros de largo; el lagarto real (“crocodilos actus”), con hasta seis metros, y el de pantano (“crocodilos moreletii”) de unos cuatro metros.

En el sitio, ubicado en la zona urbana de esta ciudad, se manejan en total seis especies de cocodrilianos, varias de tortugas dulce acuícolas y terrestres en estanques con la suficiente amplitud.

La directora del lugar, María de la Paz López Vázquez, precisó que el centro representa una oportunidad para que los niños comiencen desde una edad temprana a interesarse por el medio ambiente y la naturaleza, así como para forjar en ellos la cultura del cuidado y preservación del entorno.

“Cuando los menores tienen contacto y conocimiento de la existencia de los cocodrilos y otras especies, su entorno y la vida que los rodea, aprenden la importancia de conservar y salvaguardar los recursos naturales y los ecosistemas donde habitan”, consideró la también autora de nueve libros sobre cocodrilos.

En entrevista con Notimex, explicó que en el sitio se investiga sobre todo los aspectos de los crocodylia, en particular la reproducción, dietas y crecimiento, mientras que en campo se apoya el conocimiento de la abundancia y dinámica de la población mediante monitoreos.

En cuanto al área de conservación, la especialista detalló que se manejan las áreas in situ en la que se monitorean las poblaciones y se determina en qué riesgo se encuentran, se apoya y atienden interacciones hombre–cocodrilo y se dan cursos, pláticas y capacitaciones a la población.

En ex situ, continuó, la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) conserva las tres especies de cocodrilianos que viven en el país, las estudia en comportamiento, reproducción y crecimiento.

Asimismo, comentó que en el área de comercialización se venden artículos terminados tanto en forma local y nacional, como bolsas, carteras, cinturones, monederos, llaveros, además de que se venden derivados como son los cráneos, colmillos, patas u otras partes del cuerpo.

Entre otras labores del centro –que permaneció cerrado tras el paso del huracán Stan en 2005 y reabierto en 2013-, se reciben ejemplares de cocodrilos conflictivos, decomisados y algunos de ellos en severo grado de desnutrición.

Explicó que aquellos que pueden ser regresados al medio silvestre por su condición son liberados en su hábitat, los otros permanecen en la UMA y son parte de la exhibición de ejemplares.

Recordó que desde 1917 su familia se establece en la costa de Chiapas, e inicia con el trabajo del curtido, la talabartería y la taxidermia de especies, al observar la destrucción y pérdida de hábitat de las especies integran el criadero y en 1994 obtiene su registro como Unidad de Manejo de la Vida Silvestre.

NTX/AGS/RMF/VGT

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